lunes, 2 de mayo de 2016

Isla Mutatio pt. 3

Es la primera vez que me dan vacaciones en el trabajo. Llevo ocho años trabajando, y siempre he dado lo mejor de mi, no digo que nunca me han dado vacaciones, pero es la primera vez que me les dan a mitad del año. 
Me ofrecieron un viaje a una isla con un nombre muy raro, acepte, ya que nunca he tenido el dinero suficiente para darme tal lujo.
Prepare mis maletas, el taxi pasará por mi a las 5 AM, para poder llegar a tiempo a la reservación.

Llegando a la isla, todo es raro, casi no hay humanidad aquí. Solo existe al hotel al que voy, esto si que super exclusivo.
El hotel es muy grande, es toda la isla, creo. Llegando a la recepción me recibe una muchacha como de 25 años, esta muy guapa.
“Bienvenido, usted debe ser el señor Miller”.
“Sí, soy yo”.
“Frank, ven”.
La joven, le habla a uno de los botones, que por cierto tiene muy buen cuerpo como para ser botones. Se notan sus músculos a través de la ropa que lleva. En la mano trae una bebida, con un color verdoso.
“Es para usted, es parte de la casa”. Me extiende el vaso, y me sonríe antes de retirarse.
“Bueno, bébalo, es parte del hotel”.
“Gracias” bueno, no tengo que pagar nada. La bebo y no es tan buena como creía, pensé que iba a ser una bebida embriagante, pero tiene un sabor que no puedo describir.
“Ahora se le llevara a su...” Mi vista se nubla y todo desaparece.

Despierto en una suave cama, las sabanas son de seda, creo. El clima está muy bien.
Me siento diferente, me siento grande y muy pesado.
La tv se enciende y un señor esta hablando sobre los cambios que me acaban de suceder.

Ahora soy un hombre obeso, más viejo de lo que era antes. Pase de 30 a 58 años. Es horrible, ya no quiero estar aquí. Me cuesta trabajo caminar.
 Tanto tiempo que paso cuidándome para no aumentar de peso, para terminar con un cuerpo de más de 170 kg.
Salgo de mi habitación, ya no puedo hacer nada, el señor de la tv, me dijo que no me sintiera mal, que todos tienen un cuerpo diferente.
Voy caminando a la alberca, por el camino se encuentra un restaurant y con solo el rico aroma que llega a mi nariz, mi estomago comienzan a rugir. Trato de caminar rápido porque puedo sentir las horcajadas en mi garganta, pero se me es incomodo por la forma en que mi inmensa panza se mueve, intento agarrarla con mis manos para no sentir todo el peso colgar, pero se me es casi imposible.
Al llegar al restaurant me reciben muy bien, me asignan mi mesa y una silla especial que tienen para las personas con sobre peso. Es un bufete, me sirve la que usualmente cómo pero no me ha llenado nada, apenas si sentí que comí. No quiero hacerlo pero mi estomago no para de hacer ruido y tengo que ir por comida, ahora no pienso como antes pienso como ahora soy. 
Dios, nunca había comido cómo ahora, me he tenido que servir cuatro veces y siempre el plato lleno. Siento que voy a reventar.
Al llegar a la alberca, veo demasiada variedad de personas: gordas, con mucho músculo, altas, chaparras, etc. Todos parecen tan felices, es como si al fin pudieras descansar se tu vida. 
No he nadado ni 20 minutos, cuando se me antoja una hamburguesa. Después de dos hamburguesas y varios mojitos, he decidido irme al mar.

3 comentarios:

  1. I wish the google translate was better, but I still love your stories!

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  2. me alegra que te hayas animado a escribir de nuevo, me gusta mucho tu blog y espero ver mucho mas de estas historias tan buenas

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  3. Vaya esperaba hace mucho la continuación de esta serie en tu blog. Mucha suerte y por favor no dejes de escribir de nuevo. xd

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