jueves, 2 de marzo de 2017

Las Aventuras de Tim pt.1


Sé que no puedo estar todo el tiempo haciendo esto, pero me encanta. De verdad agradezco a mi familia por este don que me han heredado. 

La familia de mi mamá son brujos, pero no son los típicos brujos de hechizos y cosas malas, ellos son distintos; no tienen magia con las manos, ni conjuros. Lo único que los caracteriza es que pueden controlar la mente de otras personas o poseerlas. Cada generación se pasa una habilidad, el poseer o controlar, a mi primo Ivan le toco el de controlar y a mi el de poseer, creo que es el mejor don que existe. 

Lo descubrí una vez que iba de camino a casa y decidí bajarme del autobús para ir al centro comercial. Estaba buscando un libro que tenía ganas de leer, cuando levante la vista al escuchar una voz bastante gruesa que podía sentir las vibraciones en mi propio pecho, era un hombre con grandes músculos que vestía una playera blanca haciendo resaltar sus brazos y sus pectorales. El hombre tomo su bolsa y salió de la librería, pero por algún impulso extraño que salto a mis piernas salí en seguida de él y lo seguí por todo el centro comercial hasta que llegó a una tienda deportiva. Me escondí entre la ropa, para que no me descubriera, tomó unas playeras y unos short para meterse en los probadores. Cuando buscaba en cual cubiculo se había metido, salió y chocamos, cuando me volteé para pedirle disculpas no lo veía por ningún lado.
“Señor...” Me sobresalto bastante al escuchar mi voz y en los espejos que están en frente mi reflejo no es el mismo, no se ve el pequeño niño escuálido sin nada de grasa, en cambio veo al señor con grandes músculos y una playera negra que se estaba probando. “O M G, ese soy yo!?” 
Me acerque al espejo para poder notar mas de cerca y comprobar que no se trata de una broma. El reflejo es real y mis músculos son reales! Hice varias poses como lo hacen los culturistas en la tele y me veía  grandioso.
“¿Ahora cómo le hago para salir de aquí?” Me puse a pensar un momento como rayos entre en su cuerpo, pero intento salirme chocando con la pared pero sólo me lastimé yo solo. “No lo sé, pero disfrutare el momento.”
Regresé al probador y me quito la playera que traía puesta, me pongo la blanca su odor se quedo impregnado y lo disfruto mientras paso la playera por mi rostro.
Salgo de la tienda y decido ir a un restaurante, pido el especial del día siempre lo he querido pedir pero me terminan diciendo que soy muy chico para eso. Esperando mi orden, muchas personas voltean a verme; hombres, mujeres, niños, incluso un muchacho me guiño el ojo cuando lo descubrí viendo mis pectorales.
Mi orden llegó a la mesa y ahora veo porque me decían eso, es una hamburguesa gigante!! No lo podía creer. Los meseros me dijeron que si me la terminaba toda era totalmente gratis. Mientras más avanzaba con la hamburguesa, siempre creía que ya no podría comer mas pero mi cuerpo aun tenía muchísimo espacio. 
Faltándome menos de la mitad, gente empezó a acercarse a mi y ver cómo llegaba al final de cada bocado, comenzaron a gritar y victoriarme por mi hazaña de un campeón. Los aplausos y las emociones crecieron, los meseros me tomaron una foto y yo les regale una sonrisa y un buen bicep flexionado.

Saliendo del restaurante después de toda la fiesta que me hicieron, me anduvo del baño. Abriendo la puerta de los inodoros me detengo en el espejo y hago mis poses de nuevo, mi panza esta grande ahora por tanto que comí y le doy una palmada. Cuando menos me doy cuenta, en frente de mi esta el señor musculoso y yo estoy a sus espaldas. Reviso mis manos y mis piernas, ¡todo es normal ya! Soy yo otra vez.
“¡Dios, no debí terminarme esa hamburguesa!” Escucho al hombre decir antes de darse media vuelta y meterse en uno de los retretes.


Continuara...